miércoles, 14 de noviembre de 2007

Son mis amigos

Martes, 13 de noviembre de 2007

Viaje a Washington. 6 horas de cambio horario. El jet lag me impide dormir profundamente. A primera hora de la mañana, después de pasar horas dando vueltas en la cama mi mente se desliza hacia antiguos recuerdos, hacia recuerdos de los viejos amigos de la infancia.

Aquellos amigos que tuve entre los 10 y los 12 años: Rober, Oscar, Nico, Mato y David. A todos los conocí en el colegio, pero vivían en los alrededores del barrio. Nos pasábamos las tardes vagabundeando por ahí después de salir de clase. Jugar al fútbol, algo después al basket, patearnos las calles de Portu y Santurtzi y discutir sobre tonterías eran nuestras principales aficiones. Al final de aquellas época empezamos a descubrir a las chicas, pero lo más lejos que llegamos fue a ver una revista porno que alguno le había “despistado” a su hermano mayor. También recordamos a nuestro primer amor platónico, creo que en mayor o menor medida todos estábamos colados por ella, Lorena una chica de nuestra clase que también vivía cerca del barrio.

Nuestro centro de operaciones estaba cerca del taller de mi padre. En las campas cercanas nos pasábamos la tarde retando al fútbol a cualquiera, así nos iba porque no éramos precisamente muy buenos. Los sábados íbamos a enfrentarnos a los amigos de unos compañeros de clase que vivían en Sestao y Barakaldo. Menudos viajes en autobús y regresos caminando. Fundamos incluso nuestro club de fútbol. Creo que yo ya apuntaba maneras de economista. Me nombraron presidente y tesorero. A lo más que llegamos fue a ahorrar para comprar un balón. Las camisetas nunca llegaron.

Sin embargo, el tiempo pasa rápidamente. Las cosas cambian. Algunos se marcharon del colegio, otros se mudaron del barrio, otros cambiaron de clase, todos fuimos encontrando nuevos amigos. Nos veíamos por los pasillos del colegio, nos encontrábamos en el patio, nos saludábamos, pero ya no pasábamos todo el tiempo juntos como antes.

Hoy en día no se que es de aquellos chicos. Lo último que supe es que Oscar trabajaba de electricista y se había mudado del barrio, Roberto estaba con su padre en una fábrica de colchones, David es fontanero y sigue viviendo en el barrio. De Nico y Mato hace tiempo que no sé nada. De todas maneras aquellos amigos marcan de alguna manera tu vida, la forma de relacionarte con la gente y de ver el mundo.

Un día hoy una frase “si un hombre se arrepiente de sus errores vuelve a la época de su vida en la que fue más feliz y vive en ella para siempre”. En mi vida ha habido momentos felices, espero que incluso sean muchos más, pero aquella época siempre estará entre las elegidas.

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